Provienen de las dinastías más conocidas en el mundo del vino y de las bodegas con las etiquetas más valoradas por la crítica. Son la cara más económica de Vega Sicilia, Pingus o del siempre de ¨Moda¨ Álvaro Palacios. Si muchos de sus vinos son inalcanzables para los mortales, existen lujos más accesibles (aunque sea entre varios amigos) para vencer la crisis dándonos un caprichazo
Y de una saga europea, a la bodega más mítica de la piel de toro: Vega Sicilia , una casa cuyos vinos de Ribera del Duero se subastan en las mejores pujas vinícolas del mundo y que vende sus botellas por cupos.
Pues bien, si Ribera es su casa madre, los tentáculos vegasicilierosse han extendido por España desde su terruño primigenio, donde también poseen Alión , de corte más moderno, hasta Toro (donde cuentan con la bodega Pintia , que elabora un único vino) y Rioja, aquí en una joint venture venturosa con otra rama de los Rothschild.
Pero, allende nuestras fronteras, Vega Sicilia ha cultivado el prestigio de sus vinos también en Tokaj, Hungría , donde adquirió la bodega Oremus en los 90 y donde ha innovado con el primer tokaj seco de la historia.
Es este seductor blanco, llamado Mandolás , el más asequible de una gama que supera los varios cientos de euros, si hablamos de sus etiquetas legendarias, como el Único . Pero ese mimo en los detalles, esa pulcritud en la elaboración que caracteriza a Vega Sicilia, se puede hallar ya en este blanco mineral, especiado y silvestre. Y por unos 20 euros lo puedes tener en casa.
Seguro que a estas alturas has oído hablar de Pingus, ese vino inalcanzable que un danés con muchísimo talento elabora en la Ribera del Duero. Pingus ha sido, posiblemente, uno de los mitos vinícolas modernos que más ha sonado en los foros internacionales, y que ahora vende parte de su cosecha en avanzada, es decir, se cierra el trato con el comprador cuando el vino está aún en la barrica (un procedimiento importado de las ventas en primeur de vinos bordeleses de prestigio ) , por lo que se convierte, aún más, en un objeto de deseo debido a su escasez.
Pero si Pingus es un vino que muchos solo pueden desear, PSI , aunque sea con una microfinanciación entre amigos para comprarlo, es un lujo alcanzable para casi todo vinatero que se precie. Un tinto que no es para principiantes, que es rotundo y complejo, pero tremendamente seductor, y te abre la puerta a esa Ribera del Duero conquistadora y con carácter, esa Ribera de la que querrás beber más y más.
Álvaro Palacios es el enólogo estrella en España, un tipo simpático y con un talento fuera de lo común para encontrar viñedos excepcionales y elaborar con los frutos de sus cepas vinos como el excepcional L’Ermita de Priorat , que hoy es un inalcanzable tinto que supera los mil euros por botella. O La Faraona, uno de los últimos y aplaudidos “100 puntos” Parker ,apellido que ha hecho subir a esta singular (y deliciosa, todo hay que decirlo) mencía del Bierzo hasta lo más alto del pódium de grandes tintos españoles.
Palacios es un sabio, y cualquiera que guste del vino ha de conocer su trabajo: vinos bellos, definidos, precisos, que cuentan cosas. Por eso, si el bolsillo pennyless no se puede permitir alguno de sus tops (que cuestan un poquito más que el sueldo mínimo de este país, ahí es nada) , el sello Palacios se puede beber en su Camins del Priorat, un tinto concebido al estilo de los priorats de finales de los ochenta que llevaron a esta preciosa región de Tarragona a lo más alto: Cabernet Sauvignon, Garnacha, Merlot, Cariñena y Syrah en una equilibrada mezcla mediterránea, potente, que por menos de 20 euros, permite probar ese sello elegancia que Palacios cultiva en todos sus vinos.